Los pistoleros más rápidos


Cuando era un adolescente y las tardes soleadas del verano la sombra del manzano me invitaba a adormecerme uno de mis compañeros favoritos eran Silver Kane y Keith Luger.
Su lectura ágil, directa, fácil me entretenia y acompañaba en las horas muertas de los veranos en Callobre.
La persona que me inició en esta lectura fue mi padre, un auténtico forofo de este tipo de novelas, muy poco respetadas por otros sectores literarios pero yo creo que muy dignas y muy agradables.
Creo que son las primeras lecturas eróticas que yo disfrute. Y eso que eran de vaqueros.



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